Obras Maestras
Fotografía: Magali Espinosa
Maquillaje: Alejandra Ascencio
Moda: Paulina Luna
Zapatos: Luna LOVECRAFT
Estilismo: Romiracles
Pienso que cuando Dios creó el mundo fue muy feliz viendo salir de su voz y su aliento flores, estrellas y mares.
¿Puedes imaginar ese momento? De la nada al todo, de la oscuridad a la luz, todo en cuestión de segundos para él y miles de millones de milenios para nosotros... Galaxias, sistemas solares, planetas, la Tierra... Cuando comenzó con el ser humano llegó a la cúspide de su embriago creativo. En él puso, no solamente un pequeño reflejo de sus cualidades como lo hizo con las montañas que hablan de su firmeza, o las palomas que hablan de su mansedumbre, o los leones que nos cuentan de su majestuosidad.
No, al ser humano lo creo directamente a su imagen y semejanza; a nosotros se nos dio la libertad como el regalo máximo; el libre albedrío para hacer el bien o el mal, para amar por decisión y no por imposición. Elegimos ser espejo de nuestro egoísmo y nuestros caminos, en lugar de reflejar el rostro de Dios en nuestros corazones. Nosotros elegimos.
Hoy en día aún lo hacemos. Escogemos mal y vivimos las consecuencias del pecado: un alma manchada y un espíritu muerto, un camino errante y pasos sin sentido...
Eramos lo más hermoso de su creación. Y cada uno, con su propia libertad arruinó la poesía que Él soñó...
Pero Él, pero Jesús, pero el Padre: él aún sueña, él aún ve, él aún ama como si nunca hubiéramos desviado el andar.
Él una vez más nos deja elegir. En él y su perdón podemos encontrar vestiduras blancas, él no nos repara; él nos hace nuevas criaturas:
"Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás." EFESIOS 2:10
Y ahora no importa lo que fuimos, o cualquiera de nuestras antiguas y necias metidas de pata. Todo desaparece ante los colores de su gracia. De rojo a blanco. De su sangre a nuestra limpieza. Volvemos al origen, volvemos a la raíz del plan inicial: somos la poesía favorita de Dios, libres en Cristo para amarlo a Él y amarnos los unos a los otros.
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